Un nuevo comienzo

El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; 2 a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; 3 a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya. 4 Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones. 5 Y extranjeros apacentarán vuestras ovejas, y los extraños serán vuestros labradores y vuestros viñadores. 6 Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios seréis llamados; comeréis las riquezas de las naciones, y con su gloria seréis sublimes. - Isaías 61:1-6 -

Muchas veces através de nuestra vida, vamos cargando con cosas que no nos ayudan a cumplir el propósito que Dios tiene para nuestra vida; como por ejemplo desilusiones, preocupaciones, y muchas otras cosas que hacen que nuestro corazón se sienta cargado y que la vida se vuelva mas dura y pesada. La buena noticia es que no tenemos porque seguir cargando con todas estas cosas porque nuestro Dios nos ofrece algo mucho mejor.

El transfondo de este pasaje en Isaías tiene que ver con el Año del Jubileo descrito en Levitico 25. Cada siete años, el pueblo Judio debía observar un año sabático donde la tierra debía descansar. Después del septimo año sabático, es decir después del año 49, el pueblo debía celebrar el año 50 como el Año del Jubileo durante el cual todas las deudas eran canceladas, la tierra era devuelta a sus dueños originales, los esclavos eran liberados, y donde todos tenían la oportunidad de un nuevo comienzo.

¿Qué tiene que ver esto con nosotros? Pues que todos aquellos que hemos confiado en Jesús cómo nuestro salvador, estamos viviendo en un año de jubileo espiritual, en “el año favorable del Señor”. Él Señor nos a liberado de la esclavitud del pecado, él ha cambiado nuestra tristeza en alegría, nos ha vestido de ropas de salvación, y nos ha envuelto en un manto de justicia (Isaías 61:3; 10).

¡Sin lugar a dudas que éstas son buenas noticias!

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